sábado, 29 de diciembre de 2012

CAPITULO 34. REGRESO MARISELA.


Bárbara: He decidido irme por un buen tiempo con mis hijos para Tampico.
Cecilia: ¿Por qué tan lejos?
Bárbara: Quiero conocer lugares nuevos y estar bien alejada de Santos y de tantos problemas.
Cecilia: Me parece bien, pero no deberías huir sino afrontar la realidad.
Bárbara: Ya no puedo más Cecilia, estoy cansada de esta lucha, solo quiero disfrutar la vida al lado de mis angelitos, compartir su niñez y sobre todo brindarles el amor y la seguridad que yo no tuve.
Cecilia no sabe que decir, las palabras de Bárbara la conmueven.
Cecilia: ¿Y cuando tienes pensado irte?
Bárbara: Lo más pronto que se pueda, pero primero quiero divorciarme de Santos.
Cecilia: Respeto tu decisión, pero ¿Por qué te quieres divorciar?
Bárbara: Para serte sincera no sé lo que siento por Santos y aun no se me olvida todo lo que me hizo sufrir antes del accidente.
De pronto llaman a la puerta.

Marisela: ¿Puedo pasar?
Cecilia: Claro que sí.
Marisela: Mamá que alegría me da verte.- dice abrazándola.
Bárbara: ¿Por qué andabas tan perdida? ya te echaba de menos.
Marisela: Eso no importa, ya estoy aquí.
Bárbara recuerda cuando Santos le dice que la única que lo ayudo a salir de esa melancolía fue Marisela.
Bárbara: Marisela... yo sé que estuviste con Santos en este tiempo, ¿Porque nunca me dijiste que él estaba vivo? - Marisela empalidece.
Marisela: Pues porque... - Casilda y las terneras entras y salvan a Marisela de contestar la pregunta de Bárbara.- Casilda, Terneras cuanto tiempo, me hicieron mucha falta.
Casilda: Y usted a nosotras niña Marisela.
Bárbara: Yo las dejo para que platiquen, tengo un asunto pendiente en la Jefatura.- dice saliendo y tomando la camioneta hacia el pueblo.
Cuando llega todo el pueblo comienza a murmurar cosas sobre lo acontecido en la mañana. 
Bárbara: Partida de chismosos ya dejen de hablar de mi vida.- dice tomando su revólver y dando un tiro al aire para asustarlos.
Todo el pueblo se queda en absoluto silencio después de aquella escena.
Santos llega al miedo y en el jardín se encuentra con Marisela.
Marisela: ¡Santitos! - dice tirándose a sus brazos.
Santos: ¿Qué haces aquí?

Marisela: Vine por ti mi vida.- le da un beso el cual no es correspondido por Santos.
Santos: Marisela tenemos que hablar.
Marisela: Ahora no estoy muy cansada, tal vez mas tarde.
Santos: Esta bien.
Bárbara entra a la Jefatura.
Bárbara: Pernalete necesito un favor.
Pernalete: Dígame doña.
Bárbara: Quiero que Mujica redacte un documento para divorciarme de Santos Luzardo.
Pernalete: Claro que si Doña, pero esto tarda varios meses, tenemos que llamar a Santos y...
Bárbara: ¡LO QUIERO YA! - Dice apuntándole con su revólver.
Pernalete: Cálmese Doña.- dice completamente temblando.
Bárbara: Ese papel debe estar listo para la próxima semana o sino por aquí abra un muerto.- dice saliendo con una sarcástica sonrisa.
Llega la noche.
Marisela se encuentra en su recamara andando de un lado para otro.
Marisela: Maldita sea, tengo que hacer algo para que Santos no regrese con Bárbara, pero ¿Qué?

Bárbara se encontraba en la habitación de Laión tratándolo de dormir.
Bárbara: Mi nene ¿Por qué andas tan desvelado?
Laión: Papá.- dice señalando la puerta.
Santos: Campeón ven acá.- lo alza y comienza a jugar con él.
Bárbara: Bueno pues me voy a dormir.- le da un beso a Laión y se dirige a la puerta.
Santos: No te vayas, comparte con nosotros un rato como una familia.
Bárbara: Nosotros no somos una familia Santos, hazte la idea que tú y yo no somos nada.- dice duramente saliendo de la recamara.
Cuando llega a su cuarto no puede evitar que una lágrima salga. Toma a sus pequeños y los arrulla para que se duerman.
1 Semana Después...
Fue una semana muy tranquila. Marisela tenía un gran plan para alejar a Bárbara de Santos y lo llevaría a cabo hoy mismo. Marisela se encontraba en la poza de los suspiros completamente desnuda, por detrás unos ojos la espiaban. Ella nota algo raro.
Marisela: Sal quien quiera que seas.
Asdrúbal: Lo siento señorita Marisela, no pude evitar observarla.
Marisela: No te preocupes.- se le ocurre algo y lentamente sale del agua acercándose peligrosamente a Asdrúbal. ¿Y qué haces por estos lados?
Asdrúbal: Me gusta mucho este lugar y mira que belleza me encontré, eres igual a tu madre.
Marisela: Ya me lo han dicho.- lentamente se acerca a sus labios y lo besa apasionadamente.
Asdrúbal no se resiste y le corresponde a cada beso y caricia. Pasan una mañana apasionada dentro la poza.
Bárbara se encontraba en el jardín con Joselyn cuando Santos llega.

Santos: Hola.
Bárbara: Hola.
Santos: Bárbara, ¿Me aceptas una invitación a cenar?
Bárbara: Esta bien, ¿Te parece a las 7?
Santos: Claro, entonces nos vemos en la noche.
Bárbara: Vale.
Bárbara tenía buen ánimo en este día, estaba sensible y no tenía intenciones de negarse a las invitaciones de Santos.
Marisela se entera de aquella cena y cambia todo. Genoveva se encuentra con Marisela.
Marisela: Geno me haces un favor, puedes entregarle esta nota a Santos.
Genoveva: Claro que si Marisela.
Genoveva le entrega la nota a Santos, la cual dice lo siguiente:
 Santos, cambio de planes veámonos en Altamira a las 6:30.
                                                                                                   Bárbara.
Bárbara encuentra una pequeña nota sobre su cama.
Bárbara, la cena será en Altamira a las 7. Te espero ansioso, te tengo una gran sorpresa.
                                       Santos.



CAPITULO 33. APARICIONES, PELEAS Y DECISIONES


Bárbara: Yo... - Sentía una enorme duda sobre el gran paso que daría al contestar a aquella pregunta, ¿Qué haría?, por un lado amaba a Andrés de una forma tierna y dulce, pero el recuerdo de Santos yacía en su corazón, tantas noches de locura y pasión persistían en este cruel y frió presente, aunque el amor por Santos debió morir el día que el partió de su vida.- Acep...

Santos: ¡BÁRBARA NOO! - Grita con la esperanza de acabar con este acontecimiento.
Bárbara voltea a ver al escuchar el sonoro grito de esa voz tan familiar, al igual que Bárbara toda la gente voltea a ver la aparición de Santos Luzardo.
Bárbara: ¿Santos? ... Dios mío, pero si tu estas muerto.
Todo el pueblo esta aterrado al ver allí parado a Santos. Cecilia lo único que se le ocurre es abrazarlo.
Santos: Tía.
Cecilia: Santos, ¿Dónde te habías metido?
Santos: Mas Tarde habrá tiempo para platicar.- dice acercándose rápidamente a Bárbara.- No puedes casarte con el mi Bárbara.
Bárbara se siente muy confundida, los sentimientos por Santos ya no son como antes, una lágrima recorre su rostro y como alma que lleva el diablo abandona la iglesia. Todos hablan sobre el suceso ocurrido, Bárbara, Santos y Andrés en este momento andan en boca de todo el pueblo.
Bárbara se dirige al Miedo, donde se pone ropa cómoda y toma su caballo para ir al cementerio. Ya allí se arrodilla frente a la tumba de su querida viejita Eustaquia, la única que la cuido luego de esa horrible tragedia, prácticamente era su madre.
Bárbara: Mi viejita, ¿Por qué te fuiste y me dejaste sola? , te necesito, tú eras la única que me daba sabios consejos.- le pone una rosa blanca, mientras de su rostro caen algunas lágrimas.- Vieja ayúdame, ¿Qué debo hacer en este momento? , me siento vacía, he pensado en Santos este tiempo, pero al verlo no sentí nada, solo ganas de huir.
Santos sale en busca de Bárbara, tienen mucho de que platicar, de sus hijos y en especial aclarar sus sentimientos. La busca en todas partes, hasta debajo de las piedras, pero no la encuentra.
Al cabo de unas horas Bárbara se encuentra parada en medio del llano, cuando por detrás alguien la toma del rostro y le planta un beso. 

Por un momento ella le corresponde, hasta que reacciona y lo empuja.
Bárbara: ¿Con que derecho me besas Santos?- dice con mucho coraje.
Santos: Necesitaba sentir tus labios.
Bárbara: Eres un canalla, Me hiciste sufrir con tu supuesta muerte infeliz.- dice golpeándolo en el pecho, mientras se altera un poco.
Santos: Yo nunca quise lastimarte, eres mi vida Bárbara, a mí me secuestraron por un tiempo y luego me dijeron que tú y mis hijos estaban muertos!, entre en una gran depresión de la cual solo Marisela pudo sacarme.
Bárbara: ¿Que estás diciendo?, ¡te metiste con mi hija desgraciado!- le da una cachetada.
Santos: Entre ella y yo no hay nada Bárbara, por Dios cálmate.- dice tomándole las muñecas.
Bárbara: No tienes que darme ninguna explicación, total entre tu yo no hay nada y ahora suéltame.- dice tratando de zafarse.
Santos: ¡No!, tu y yo si tenemos algo en común unos hijos  por Dios, también el amor y la pasión que nos consume o vas a negármelo.- dice mirándola con una sarcástica sonrisa.
Bárbara: Pues si te lo niego como vez, mis hijos son solo míos y de nadie más y yo por ti ya no siento nada.- dice soltándose bruscamente.
Santos: Eso es mentira, jamás has dejado de amarme y nunca lo harás.
Bárbara: No seas iluso y ahora con permiso que no hay nada más que decir.- dice montándose en Capricho y cabalgando con dirección al Miedo.
Santos: Así que te quieres hacer la difícil... - dice para sí mismo.
Cecilia y las terneras llevan a los pequeños al Miedo. 
Bárbara llega y encuentra a los nenes en sus cuartos, deposita un beso en cada uno y luego se dirige a solucionar los problemas causados en la mañana.
Andrés: Bárbara...
Bárbara: Andrés perdona todo lo ocurrido en la boda.
Andrés: No te preocupes, ¿No se supone que Santos estaba muerto?
Bárbara: Tú lo has dicho se supone... Andrés lo mejor es que nos distanciemos por un tiempo.
Andrés: Pero Bárbara...
Bárbara: No compliques más las cosas, yo necesito tiempo para pensar ahora que Santos apareció.
Andrés: ¿Lo sigues amando?
Bárbara: No.- dice con firmeza.- Ya no preguntes más y ahora discúlpame tengo que platicar con Cecilia.
Bárbara y Cecilia se dirigen al despacho para platicar íntimamente y sin ninguna clase de interrupción.
Bárbara: Cecilia quisiera comentarte algo.
Cecilia: Claro, ¿Dime?
Bárbara: He tomado una decisión que cambiara mi vida por completo y te la quiero compartir por que sé que puedo confiar en ti.- Cecilia la mira extrañada.




sábado, 22 de diciembre de 2012

CAPITULO 32. RECUERDOS Y PRESENTIMIENTOS.



Para Santos la noche es eterna, teme que Bárbara se case con Andrés y él no pueda impedirlo. Llego por fin la mañana, Santos se encontraba en el aeropuerto esperando a que llamaran su vuelo, era el primero del día  aún era muy temprano, los primeros rayos de sol apenas salían adornando las nubes.
Bárbara ya se encontraba despierta hace rato, decidió montar un rato en Capricho antes de arreglarse para el gran acontecimiento. La brisa de la mañana hacia que sus rizados cabellos volaran en el aire, sintiendo así la sensación de libertad y tranquilidad, algo inexplicable.
Por fin llamaron el vuelo de Santos, ya se estaba desesperando, tenía que llegar lo más pronto posible, tomo sus maletas y se subió al avión.
Bárbara regreso al miedo para afrontar su destino, aún faltaban algunas horas para la boda, así que se dirigió al baño, lo preparo como de costumbre, con esencias y algunos pétalos de rosas, también algo de espuma, cuando el baño estuvo listo se despojó se sus ropa y se sumergió en la tina, disfrutaba tanto aquel baño, era tan relajante, allí podía pensar sin interrupciones. 

Un pensamiento le vino a la mente... "Santos", el hombre que más había amado en su vida, ese hombre que la hizo tan feliz, el padre de sus 3 hijos y del que ya no quedaba nada, solo recuerdos y más recuerdos, su corazón no le permitía olvidarle, aun allí habitaba un gran sentimiento por él, aunque estuviera "muerto".
Santos llevaba aproximadamente media hora esperando a que el avión despegara, pero nada, se levantó para averiguar qué era lo que estaba ocurriendo.
Santos: Perdone, ¿Por qué no hemos despegado?
Piloto: Parece ser que el avión tiene algunos daños.
Santos: ¿Pero se arreglaran rápido?
Piloto: Temo que no, al menos hasta la tarde.
Santos: ¡Hasta la Tarde! , yo no puedo esperar tanto.
Piloto: Lo siento mucho señor.
Santos: ¿Hay algún otro vuelo que me pueda llevar al Arauca?
Piloto: No lo creo, pero la recepcionista podría ayudarlo.
Santos: Gracias.- en su mente... ¡maldita sea porque todo me sale mal, amanecí con mala suerte!, se dirige a la recepción.

Bárbara sale del baño y toma a su pequeña nena y le da su biberón, hace lo mismo con Martín, esos pequeños junto a Laión eran su vida. Después de un rato ya tenía puesto su vestido de novia, ahora solo faltaba el peinado, tomo su cepillo y comenzó a organizar sus castaños rizos, así poco a poco acomodándolos en un hermosos peinado.
Santos está impaciente dentro de poco será la boda y no llegara a tiempo.
Santos: Señorita, ¿Hay algún otro avión que me pueda llevar al Arauca?
Recepcionista: Déjeme ver.- revisa en la computadora - Solo hay un vuelo, pero es en primera clase y es demasiado costoso.
Santos: No importa, reserve me un asiento.
Recepcionista: Muy Bien.- toma el dinero de Santos y le da el pasaporte.- Buen viaje.
Santos: Muchas Gracias.- recibe el pasaporte y se va con su equipaje al avión.
Bárbara esta lista, pero aún falta un poco para la boda, así que se va compartir un buen rato con sus pequeños.
Carga a los mellizos hasta la cama y luego sube a Laión, los pone muy guapos a todos. Joselyn llevaba puesto un vestido rosa con un moño en la cabeza, Martín un pantalón del mismo color que la camisa, ambos blancos y Laión un pantalón azul con camisa blanca. Llega la hora de partir a la iglesia, Cecilia entra en la recámara.

Cecilia: Wow, que linda estas. - dice reparándola de pies a cabeza.
Bárbara: Gracias... Tengo el presentimiento que algo va a pasar.
Cecilia: Que cosas dices, nada va a pasar.
Bárbara: Eso espero.- toma a Joselyn y Martín y los acomoda en el coche, mientras Cecilia carga a Laión.
Cecilia: Ya vámonos que se nos hace tarde.
Bárbara: Esta bien.- No deja de pensar en Santos.
Cecilia, Bárbara y los niños se montan en la camioneta rumbo al pueblo. Llega la hora de entrar a la iglesia, León y tigre la llevan hasta el altar. Las Terneras cuidan a los pequeños mientras termina la ceremonia.
Andrés mira tiernamente a Bárbara, ella se siente nerviosa e indecisa.
Padre: Si alguien se opone a esta boda que hable ahora o calle para siempre.
La iglesia se queda completamente en silencio.
Padre: Ya que no hay nadie que se oponga continuemos, Andrés Rentería ¿Acepta como esposa a Bárbara Guaymaran para serle fiel, amarla y acompañarla en las buenas y en las malas?

Andrés: Si acepto.
Padre: Bárbara Guaymaran ¿Acepta usted por esposo a el señor Andrés Rentería para amarlo y acompañarlo en la salud y en la enfermedad?

jueves, 29 de noviembre de 2012

CAPITULO 31. ¿NUEVA BODA?


Al otro día...

                                      

Bárbara se levanta y observa a sus pequeños recién nacidos, los encuentra profundos, se acerca y le da un beso a cada uno. Luego se dirige a la habitación de Laión.
Bárbara: Buenos días campeón.- dice alzándolo y besándolo - ¿Cómo está el hombre más guapo de esta casa?
Casilda entra a la habitación.
Casilda: Buenos días señora, ¿Va a desayunar?
Bárbara: Buenos días Casilda, aun no, primero me daré un baño. ¿Podrías arreglar a Laión?
Casilda: Claro que si señora.- dice tomando a Laión.- Bueno señora yo me retiro con este muchachito.
Bárbara: Muchas gracias Casilda.- Sonríe.
Bárbara se da un baño como acostumbra todas las mañanas, se viste y luego se da un último retoque cepillando sus hermosos y castaños rizos. Joselyn comienza a llorar lo que hace despertar a su hermanito Martín.
Bárbara toma a Joselyn en sus brazos para calmarla.
Bárbara: Ya mi chiquita, mami está contigo.- toma su biberón y se lo da arrullándola, los pequeños ojitos azules de Joselyn están clavados en Bárbara, la pequeña la mira con ternura.- Tienes unos ojitos preciosos mi niña.
Andrés entra.
Andrés: Hola, ¿Cómo se encuentran estas 2 hermosuras?- dice dandole un beso a Bárbara y tomando a Martín.
Bárbara: Perfectamente, ¿Cierto princesa?
Andrés: Este chiquitín está reclamando a su madre.- dice mirando a Martín, quien estaba bostezando tiernamente, toma su biberón y se lo da suavemente.
Bárbara: Son preciosos ¿No te parece?
Andrés: Son todos unos angelitos- dice sonriendo.
Bárbara: Verdad que ¿Si?
Andrés: Claro, como dudarlo.- dice poniendo el biberón vacío de Martín en la mesita.
Bárbara: Porque en las noches no dejan dormir a su madre.- la pequeña Joselyn ya estaba cerrando sus ojitos, hasta que por fin vuelve a dormir.- Mi nena ya se quedó dormida.- dice poniéndola en su cuna.
Andrés: Martín no se queda atrás, ya está profundo.- dice acomodándolo junto a su hermana.
Bárbara: ¿Vamos a desayunar?
Andrés: Yo te tengo una mejor propuesta.- dice acercándose peligrosamente a los labios de Bárbara.
Bárbara: ¿Así?, ¿Cuál es?
Andrés: Ya que estos nenes están profundos, podríamos ir a desayunar al pueblo.
Bárbara: No me parece mala idea, le diré a las terneras que se encarguen de los bebes, espérame en el jardín.
Andrés: Esta bien, pero antes, señorita usted me debe un beso.- dice riendo y dándole un beso a Bárbara.
Después de un rato Andrés y Bárbara se encontraban en el balcón de un restaurant.
Andrés: Bárbara...- se lleva su mano al bolsillo y saca un anillo.- ¿Quieres casarte conmigo?- le pregunta Bárbara, mirandola fijamente a los ojos.
Bárbara: Mm... Pues.- No sabía que responder, nunca se esperó que Andrés le propusiera matrimonio y menos tan pronto.- Si.- Sonríe.
Andrés: Me haces tan feliz mi ángel.- dice dándole un tierno beso.
Bárbara: ¿Mi ángel?
Andrés: Si, te seguiré diciendo así, porque eres como un ángel que cayó del cielo para hacerme feliz.
Bárbara: Que cosas dices.- Andrés le pone el anillo a Bárbara, ella observa el anillo de matrimonio de Santos, sobre él ya se encontraba el de Andrés, era hora de dar un nuevo paso, de reencontrar la felicidad junto Andrés y sus hijos. 
Ambos le cuentan a sus más cercanos la buena noticia, en verdad la toman muy bien, Bárbara pensaba que no sería así, más que todo por Santos.
El tiempo se pasó volando, ya habían transcurrido 2 semanas desde aquel día, solo faltaban 3 días para la boda. Bárbara y Andrés iban rumbo a la capital, no llevaban a los pequeños con ellos, pues tenían varios asuntos que arreglar y no tendrían con quien dejarlos, así que decidieron dejarlos a cargo de Casilda y las terneras.
Cuando llegaron se dirigieron al hotel en el que Bárbara y Santos solían hospedarse, Andrés se fue para la prensa, quería que todos supieran de su boda con Bárbara, así que al otro día en primera plana se encontraría un artículo anunciando la boda de Andrés Rentería y Bárbara Guaymaran.
Santos se andaba hospedando en aquel hotel desde hace poco, ya que su casa estaba infestada, pero no había notado la presencia de Bárbara, pues el solo llegaba al hotel en las noches. 
Llego el otro día, Bárbara bajaba las escaleras hacia la recepción del hotel, cuando de repente se le cae el bolso que traía en la mano, así regándose todo lo que allí se encontraba, Bárbara recoge todo, pero no se da cuenta que en el piso se encuentra el anillo que le dio Santos. Bárbara regresa con Andrés al Arauca, donde por fin al otro día se daría su boda.
Santos salía de su habitación cuando de repente lo llaman.

Recepcionista: Señor Santos.
Santos: ¿Si? dígame.- dice curioso.
Recepcionista: Esto le pertenece.- dice entregándole el anillo de Bárbara.- A se me olvidaba, aquí tiene su periódico.- le entrega el periódico.
Santos: Gracias.- observa detalladamente el anillo y en su interior encuentra un mensaje:
 Te amo Bárbara, estaremos juntos por siempre. Santos
Santos: Por Dios el anillo que le di a Bárbara, ¿Pero que hace aquí?- luego mira el periodico y por poco se desmaya al leer el articulo.- ¡Bárbara esta viva!, tengo que impedir que se case.- Sale como alma que lleva el diablo hacia el aeropuerto.
Cuando llega le informan que no hay boletos hasta mañana, así que no tiene más remedio que esperar.

jueves, 22 de noviembre de 2012

CAPITULO 30. JOSELYN Y MARTÍN.

Los días fueron transcurriendo uno a uno, hasta que se convirtieron en 2 meses, Bárbara y Andrés disfrutaban mucho, gozaban del hermoso paisaje que los rodeaba.
Santos y Marisela decidieron darse otra oportunidad, mantenían en la playa, Santos era feliz junto a Marisela, pero a pesar de todo seguía pensando en su Bárbara, no podía olvidarle por mas que trataba, era inútil  la tenia metida en lo mas profundo de su corazón  En las noches Bárbara recordaba a Santos, sus ojos se inundaban de inocentes lagrimas. Marisela se encontraba en su habitación pensando un poco.

Marisela: ¿Que me pasa?, se supone que amo a Santos, pero no dejo de pensar en la mirada de Asdrubal, no puedo flaquear, tengo todo lo que quiero y no lo voy a perder por un peón sin importancia.- dice decidida y con una cara amarga.
Bárbara se encontraba en casa de Cecilia con Laión, cuando de repente unas fuertes contracciones le vienen.
Bárbara: Ah Cecilia, Ayudame por favor.- dice retorciéndose del dolor.
Cecilia: Bárbara, ¿Que te ocurre?.- dice asustada.
Bárbara: Creo que los bebes ya quieren nacer.
Cecilia: ¡Santo Dios!.- sale corriendo en busca de Antonio.- Antonio, ve por el Dr. Arias y dile que venga de inmediato.
Antonio: Esta bien Mariposa, no me tardo.- sale en busca del Dr. Arias.
Cecilia: Casilda, ven ayudarme por favor.-dice desesperada.
Casilda y Cecilia llevan a Bárbara a una de las habitaciones, después Casilda se dirige a la cocina por agua caliente y unas cuantas toallas. Bárbara no puede soportar mas las contracciones, siente que la espalda se le parte en 2. El Dr. Arias entra de inmediato a la recamara.

Dr. Arias: Buenas Noches.
Cecilia: Buenas Noches Doctor, Por favor pase.
Dr. Arias: Muchas Gracias.- revisa rápidamente a Bárbara y procede al parto.
Luego de 1 hora ya habían nacido 2 hermosos bebes, una niña y un niño. 

La niña de hermosos ojos azules y cabello rubio y el niño por el contrario de ojos caramelo y cabello castaño. Bárbara estaba agotada por el parto, así que cayo en un profundo sueño.
Cecilia: Pobre Bárbara, debe estar rendida.- llevaba a Laión en brazos, se dirigieron a ver a los nuevos bebes.- Que angelitos tan hermosos, nene mira a tus hermanitos.- Laión sonreía al ver a esos pequeños bebes dormiditos.
Andrés llega a la casa de Cecilia.
Andrés: Buenas Noches, ¿ Podría pasar?
Cecilia: Si claro, Bárbara se encuentra dormida.
Andrés: ¿Y los bebes? 
Cecilia: Están en la habitación junto al pasillo.- dice indicándole.
Andrés: Muchas Gracias, ¿Puedo verlos?
Cecilia: Que pregunta, ven te acompaño.
Andrés y Cecilia entran a la recamara. Andrés toma a la pequeña, mientras Cecilia carga al niño.
Andrés: En verdad se parecen a sus padres, en especial esta chiquitina.- dice jugando con la manito de la nena.
Cecilia: Tienes razón  es lamentable que Santos no este aquí - Andrés mira hacia otro lado.- Oh perdona, no quería hacerte sentir mal.
Andrés: No te preocupes, se que no fue tu intención.

Bárbara los observaba desde la puerta, hace un momento se había levantado.
Bárbara: Con permiso, vine a ver a mis nenes.- dice acercándose a Cecilia.
Andrés: ¿Como te sientes?
Bárbara: Muy bien.- dice mirando con atención a sus pequeños.
Cecilia:  ¿Ya has pensado en sus nombres?
Bárbara: La verdad si, quiero ponerle a esta nena Joselyn.
Andrés: ¿Que te parece si le pones Martín a este campeón?
Bárbara: Me gusta ese nombre.
Cecilia: Asi que Joselyn y Martín Luzardo-Guaymaran.
Bárbara: Suena muy agradable.- dice risueña.- ¿Mi otro campeón?
Cecilia: Se encuentra jugando con Toñito, Casilda les esta echando un ojo.
Bárbara se ríe.
Bárbara: Quisiera irme para mi hacienda.
Cecilia: ¿Estas segura?
Bárbara: Si.
Cecilia: Esta bien.
Andrés le ayuda a Bárbara con los bebes y ambos se dirigen al miedo. Ya allí Andrés deja a Joselyn y Martín en la recamara de Bárbara, mientras ella adormecía a Laión y le dejaba en su cuna.
Bárbara: Gracias por todo Andrés, tu has sido un gran apoyo para mi.

Andrés: Mi Bárbara, yo nunca te dejare sola, ahora anda a descansar.- dice robandole un corto beso.
Al oír esas palabras, los ojos de Bárbara se vuelven cristalinos, eso alguna vez se lo había dicho Santos, no puede evitar que algunas lagrimas caigan de sus ojos. Se dirige a su habitación y observa a sus pequeños recostados en su cama.
Bárbara toma a Martín.

Bárbara: Sabes, eres idéntico a tu padre, tus ojitos, tu cabello, tu boquita, eres precioso mi nene.- luego lo deja en su cuna junto a su cama, hace lo mismo con Joselyn.
Sus pensamientos se desvían, comienza a pensar en Santos.
Bárbara: Santos, te extraño tanto, como quisiera abrazarte.- Lleva su mano al rostro para secar una pequeña lagrima que roda por su mejilla.
Santos se encuentra dormido, pero de un momento a otro despierta pensando en Bárbara, algo lo hace recordarla.
Santos: Mi vida, como te necesito.- dice mirando hacia la ventana.
Ambos se duermen pensando en el otro y los maravillosos momentos que pasaron juntos.
En medio de la noche un llanto despierta a Bárbara, haciéndola levantar para calmar a su pequeña Joselyn, quien estaba pidiendo su comida, Bárbara le da su biberón y luego la arrulla para que vuelva a dormir.


domingo, 11 de noviembre de 2012

CAPITULO 29. ANDRÉS.

Bárbara se encontraba muy feliz, pero su dicha tuvo fin al ver de repente a Marisela y Augusto andando como si nada por la calle. Se lleno de rabia, le provocaba matarlos con sus propias manos. Bárbara estaba dispuesta a dirigirles la palabra, cuando de repente se choco con un hombre muy guapo de ojos verdes muy fascinantes, con aspecto pulcro, tenia una mirada tierna. 

Bárbara: Oh, disculpe, no lo vi.
Andrés: No se preocupe- mira embelesado a Bárbara, observa que es muy bella y le dedica una sonrisa tierna.
Ambos se miran por un rato sin decir una palabra, estaban atónitos con la belleza del otro, en especial sus ojos. Andrés nota que Bárbara esta embarazada, rueda los ojos hacia otro lugar.
Bárbara: ¿Te pasa algo?
Andrés: No, ¿Quieres tomar algo?
Bárbara: Esta bien- dice mirando a Marisela y Augusto, al encontrarse con Andrés le hizo olvidar la ira que sentía.
Bárbara y Andrés se dirigen a un café.
Andrés: Perdona mi mala educación, soy Andrés Renteria.
Bárbara: Bárbara Guaimaran.
Andrés: Que hermoso nombre, es tan bello como tus ojos- hace sonrojar a Bárbara.
Bárbara: Muchas gracias.- sonríe.
Andrés: ¿Y que haces por aquí tan sola?
Bárbara: La verdad no soy de aquí, solo vine hacerme unos exámenes.
Andrés: ¿Eres del campo?
Bárbara: Si, vivo en el Arauca.
Andrés: Eso quiere decir que me quedare solo de nuevo.
Bárbara: ¿Por que lo dices?
Andrés: Por que ya te tome cariño, eres una mujer fascinante.
Bárbara: Pienso quedarme unos días aquí.
Andrés: Me agrada, ¿Que te parece si salimos algún día?
Bárbara: Claro, porque no.

El aroma de Andrés le recordaba a Bárbara el perfume de Santos, se sentía bien con Andrés, aparte de ser muy guapo, era muy sociable y platicar con el era muy agradable.
Bárbara: Me encanto platicar contigo, pero debo irme.
Andrés: Que lastima, déjame un numero para llamarte.
Bárbara: Si, toma este es el del hotel en el que me estoy quedando- Le entrega un papelito.
Andrés: Te llamare.
Bárbara: Muy bien, Adiós.- se despide de Andrés.
Andrés: Adiós.
Andrés se dirige a su departamento. Allí recuerda la cálida mirada de Bárbara, no deja de pensar en ella, nunca había conocido una mujer tan hermosa. Bárbara tampoco dejaba de pensar en el, le parecía un hombre muy interesante, ademas le recordaba a Santos, su gran amor.  
Los días fueron pasando, Bárbara disfrutaba mucho con Andrés, este hizo que se quedara en la capital, Andrés se había enamorado completamente de Bárbara. Ambos se encontraban en un parque platicando.
Andrés: Soy muy feliz con tu compañía.- le dice sonriente.
Bárbara: Y yo con la tuya, tu me has devuelto la alegría.
Andrés: Bárbara...- Se acerca lentamente a Bárbara.
Bárbara: ¿Si?- sus labios estaban a pocos centímetros  un beso los consume, un beso lleno de ternura, amor, se dejan llevar por el momento.

Andrés: Te amo.
Bárbara se estaba enamorando de Andrés. Sentía algo que solo pasaba con Santos, era como si Santos hubiera reencarnado en el cuerpo de Andrés.
Marisela y Augusto estaban en un restaurante platicando de varios temas.

Augusto: Marisela, este es tu momento para reconquistar a Santos.
Marisela: Tienes razón, Bárbara esta muy lejos y Santos no se imagina que ella esta viva.
Augusto: Pues ándale, ve tras el.- le dice alentándola.
Marisela se levanta sin despedirse y se dirige a la casa de Santos. Santos le habré,  esta hecho una miseria, tiene una botella de licor en su mano, no ha hecho mas que beber por Bárbara y Laión.
Marisela: Santos por favor para de beber, vas a morirte en este encierro.
Santos: Pues eso es lo que quiero, quiero morirme para estar junto a mi Bárbara.
Marisela: Yo te voy ayudar a olvidarla, pero primero tienes que cambiar ese aspecto.-Lo toma de la camisa hasta al baño y le da una buena ducha de agua helada.
Santos: Wow Marisela, esto esta helado.- dice temblando.
Marisela: Es por tu bien, tengo que quitarte ese guayabo que traes.- le da una toalla.- Ahora ve a vestirte y acicalarte un poco.
Santos: Gracias.- le dedica una sonrisa.- Tienes razón, la vida sigue.
Santos se afeita, se viste y se baña en agua de colonia, queda bien guapo, esta decido a comenzar de nuevo.

Marisela: Que guapo estas Santitos.
Santos: Gracias mi sol.
Mientras...
Bárbara: Andrés, quisiera que vinieras conmigo al Arauca.
Andrés: Claro, tengo muchas ganas de conocer a Laión.
Bárbara: Mi nene, como lo extraño.
Andrés: Me imagino, ¿Que te parece si nos vamos ahorita mismo?
Bárbara: Por supuesto, quiero ver a mi niño.
Ambos hacen sus maletas y se van rumbo al Arauca.
Marisela: Santos, ven a tomarte este café bien cargado que te prepare para esa jaqueca.
Santos: Gracias.- Bebe el café y mientras platica con Marisela.
Marisela: Santitos, quiero que volvamos a comenzar juntos.
Santos: Mi sol, me gusta esa idea, todos tenemos derecho a una segunda oportunidad.
Marisela: ¿De verdad Santos?.- Lo besa suavemente de la alegría.

Bárbara y Andrés llegan al miedo, Casilda tenia en brazos al pequeño Laión, quien rapidamente alza los brazos hacia su mami.
Bárbara: Laión, mi nene.- Lo carga y lo alza.- Que guapo esta mi niño hermoso, ¿Me extrañaste?

Casilda: Ese angelito la extraño mucho.
Bárbara: Casilda, muchas gracias por cuidarlo.- Sonrie.- Te presento a Casilda Andrés.
Andrés: Mucho gusto, Andrés Renteria.- Le besa la mano.
Casilda: Ay muchacho no me haga sonrojar.
Bárbara: Este hombre es muy feo.- dice irónicamente y con una sonrisa en la boca.
Casilda: Señora como dice usted eso, este muchacho esta bien cuidado.
Andrés: Por Dios, como me aman las señoras.
Bárbara: ¡Que convencido eres!, Casilda, ¿ Podrías enseñarle su recamara mientras me acomodo?
Casilda: Claro señora, Venga conmigo señor Andrés.
Bárbara entra a su habitación con Laión, se acomoda y se cambia de ropa. Laión esta recostado en su cama observándola detenidamente.
Bárbara: ¿Que me miras hermoso?.- le dice mientras se peina el cabello.
Andrés los interrumpe tocando la puerta.
Andrés: ¿Puedo pasar?
Bárbara: Si, pasa.
Andrés: Que bello esta este niño.- dice cargándolo.

Bárbara: Le agradas, mira como te sonríe.
Andrés: Me encantan los niños, son una ternura.
Bárbara: Bueno, anda a dormir que tengo que llevarme a este campeón.- dice cargando a Laión.
Andrés: Me gusta cuando sonríes.- dice robando le un pequeño beso.
Bárbara: Tu me haces sonreír.
Andrés sale de la habitación y se dirige a su recamara sonriente, Bárbara lleva a Laión hasta su cama y lo hace dormir. Bárbara descansa en su cama, siente una paz, por momentos recuerda a Santos con nostalgia, es inevitable que esas tierras no la hagan recordar tantos bellos momentos.