Bárbara antes
de irse decide ir a despedirse de Marisela y de Santos.
Bárbara entra
a Altamira.
Bárbara:
Marisela, mija no llores, sabes muy bien que es mejor que yo me vaya, yo les he
hecho mucho daño a ti y a toda la gente del Pueblo.
Marisela:
Mama, no quiero que te vayas, quiero volverte a ver y que podamos recuperar el
tiempo perdido.
Bárbara:
Marisela es lo mejor, no me echaré para tras y seguiré con mis planes, tú serás
muy feliz con Santos y no me necesitaras.
Marisela:
Pero al menos dime para dónde vas Mama, quiero ir a visitarte y que compartamos
un rato juntas.
Bárbara: No
mi niña no te diré, quiero estar sola.
Santos entra
en la habitación.
Santos: Bárbara
¡que sorpresa! ¿Qué haces aquí?
Bárbara: Vine
a despedirme de Marisela.
Santos: A
despedirte ,¿Por qué? ¿A dónde vas?
Bárbara: Me
voy muy lejos a empezar una vida nueva, bueno no puedo hablar más ya me ha cogido
la tarde, Adiós.
Marisela: Adiós.
Santos: Adiós.
A Bárbara se
le llenaron los ojos de lágrimas y no se pudo contener, Santos no sentía nada
en ese instante, estaba confundido y no podía aclarar sus sentimientos.
Bárbara tomo
un buque hacia San Fernando, donde tomaría el avión hacia la capital, Santos y
Marisela nunca se imaginarían que Bárbara se fuera para la capital.
Bárbara llego
en la noche a la capital después de un largo viaje en avión. Al llegar se instaló
en un hotel 5 estrellas y que estaba cerca al aeropuerto. Le dieron una
habitación muy lujosa y bella, con vista a un parque muy bello que le recordaba
El Progreso. Después de organizar sus maletas, se dio un baño caliente y luego
ceno. Al terminar de cenar el cansancio la absorbió y la dejo profundamente
dormida en su cama.
Al otro día,
luego de haber desayunado y haberse arreglado, salió a inscribirse en una
academia de modales y educación y aprovecho para averiguar sobre alguna casa
para vivir, le llamo mucho la atención una que se encontraba cercana a la
desembocadura de un rió, ya que le recordaba su hacienda. Luego de ver varias
casas estuvo completamente decidida por la casa que le recordaba todo lo que más
significaba para ella, así que firmó un contrato y se compró aquella casa.
Varios días
después se mudó a su nueva casa, la cual lleno con cosas muy agradables y
bellas.
1 día antes
de que comenzaran sus clases, salió a dar un paseo en el centro comercial,
donde por casualidad se topó con Luisana, su más odiada enemiga, Al encontrarse
sus miradas a Luisana no le había agradado mucho haberse encontrado a la mujer
que por poco y la mata, pero en ese momento Bárbara rompió el silencio y le
dijo:
Bárbara:
Luisana, no me esperaba encontrarte por aquí.
Luisana: Como
te atreves a dirigirme la palabra después de todo lo que me hiciste.
Bárbara: Ya
veo que no te agrada mi presencia, pero no importa, me gustaría hablar
civilizadamente y sin rencores un rato contigo, ¿Tienes tiempo?
Luisana: Tú
lo has dicho, no me agrada para nada tu presencia, pero me interesa la
propuesta que me haces.
Bárbara: ¿Te
parece bien si nos tomamos algo en aquel café?
Luisana: Muy
bien, Vamos.
Bárbara y
Luisana se sentaron y pidieron algo de tomar.
Luisana:
Bueno ya estamos aquí cuéntame.
Bárbara: He
decidido empezar de cero, y que mejor manera que pedir perdón, así que te pido
perdón por el daño que te cause mientras estuviste en Altamira y sé que es muy
tarde para arrepentirme, pero no quiero vivir así.
Luisana: Debo
estar loca porque sé que estas siendo sincera en este momento y además todos
tienen derecho a una segunda oportunidad.
Bárbara:
¿Puedo pedirte un favor?
Luisana: Si,
Claro.
Bárbara: Me
gustaría civilizarme un poco y eres la única persona que conozco en la capital,
¿Podrías ayudarme?
Luisana: Sera
duro, pero estoy segura que lo lograremos.
Bárbara:
Mañana inicio las clases en la Academia de modales y educación y pues tengo
libre parte de la tarde ¿Te parece Bien?
Luisana: Si, está
bien, al igual en la mañana yo no puedo, tengo que ir al club y al spa.
Bárbara: Te
lo agradezco mucho, bueno es la hora de irme, Adiós.
Luisana: Adiós.
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