sábado, 27 de octubre de 2012

CAPITULO 11. CEGADA POR LA IRA.


Marisela decidió irse a la capital por 6 meses, así podría pensar muy bien cómo recuperar a su hombre.
3 meses después…
Bárbara y Santos se encontraban en San Fernando, pues al día siguiente viajarían a la capital por el chequeo médico de Bárbara. Ambos se encontraban sentados bajo un árbol del parque, Santos le tocaba la barriguita a Bárbara y la abraza cariñosamente.

Santos: Me encanta tocar tu barriguita mi vida, me hace recordar que seré papa.
Bárbara: Yo adoro que seas tan tierno con nuestro bebe, serás el mejor papa del mundo.
Por supuesto a Bárbara ya se le notaba el embarazo, la hacía ver tan bella, tan maternal, a Santos le encantaba observarla, se podía pasar horas contemplándola.
Bárbara: Yo quiero que sea un niño fuerte como tú, que tenga tu mirada y tu inteligencia, que tenga tu sangre y mi sangre.
Santos: A mí también me encantaría que fuera un niño, que tenga tus ojos, tu veracidad y muchas otras cosas.
Bárbara: Te amo, ¿Ya lo sabias?
Santos: si y yo te amo a ti y no me canso de repetirlo, tú y mi bebe son mi vida, lo que me alienta para levantarme cada día.
Bárbara se siente muy feliz de tener a su lado un hombre que le dice tantas cosas hermosas y que ama tanto a su bebe.
Al otro día se marchan para la capital, cuando le hacen la ecografía a Bárbara le dicen que es un niño, Santos no puede retener la felicidad, pues era lo que más deseaba. Luego del chequeo médico salen un rato al centro comercial.
Bárbara: es un hermoso bebe, que te parece si le ponemos Laión.
Santos: me parece muy bien, escogiste un bello nombre, ¿Quieres un helado?
Bárbara: Si, gracias.

Santos va y compra 2 helados de chocolate. Marisela también está en el centro comercial. Santos vuelve de comprar los helados y le da un beso en la barriguita a Bárbara, en ese momento Marisela estaba pasando por allí y los alcanza a ver, se llena de rabia y de dolor, siempre había querido que Santos hubiera sido así de cariñoso con ella.
Más tarde, Bárbara y Santos salen del centro comercial y se dirigen hacia el hotel. Marisela los sigue. Cuando estaban a punto de cruzar la calle, Santos se encuentra con un viejo amigo y se pone a conversar por un momento, mientras tanto Bárbara lo espera en el borde del andén, Marisela aprovecha y empuja a Bárbara, en ese instante estaba transitando un carro y la atropella, Marisela sale corriendo mientras Bárbara se encuentra tirada en el piso inconsciente y con varios golpes. Santos no se había dado cuenta hasta que Bárbara pega un grito antes de ser atropellada.
Santos: ¡Bárbara! Mi vida nooo.

Santos grita pidiendo ayuda, quiere salvar la vida de Bárbara y su bebe, por suerte iba cruzando una ambulancia, esta lleva rápidamente a Bárbara a la clínica. Ya en la clínica atienden a Bárbara de urgencias, se encuentra muy grave y solo un milagro podría salvar a Bárbara y su bebe. Santos se va a la capilla de la clínica a pedirle a Dios y la virgen que los salve, que le dé la oportunidad a Bárbara de ser feliz con lo que más deseaba, Santos lloraba, no quería perder lo que más amaba, en verdad se encontraba muy mal.
3 horas después sale el doctor Carlos, quien es muy amigo de Santos y quien atendió a Bárbara.
Dr. Carlos: Santos.
Santos: Carlos ¿Cómo están?
Dr. Carlos: De milagro a su bebe no le paso nada y está bien, pero el impacto que recibió Bárbara fue muy fuerte y aún sigue inconsciente, aparte de esto se partió un brazo, una pierna y la clavícula izquierda, estamos haciendo todo lo posible porque mejore.
Santos: Tienes que ayudarla Carlos, pero ¿Estará bien?
Dr. Carlos: Lo primordial es que despierte del coma, así podremos actuar mejor.
Santos: ¿Puedo ir a la habitación donde la tienen?
Dr. Carlos: En este momento tenemos que realizarle una operación que es la de la clavícula, si todo sale bien en un rato podrás visitarla.
El Doctor se retira. Santos sigue muy preocupado, puede que le hayan dicho que su bebe está bien, pero su Bárbara no, las lecciones que sufrió son muy graves y dolorosas y él no quiere verla sufriendo.
En la noche el Dr. Carlos regresa y le comunica a Santos que la operación fue todo un éxito y que ya puede pasar a visitarla. Santos se dirige a la habitación donde se encuentra Bárbara, la ve aporreada y con morados en todo el cuerpo, siente un nudo en la garganta, se acerca más a ella y se sienta a su lado.
Santos: Porque a ti Bárbara, ¿Es que nunca habrá un poco de felicidad para ti?
Así pasaron 5 días, Santos no se despegaba de Bárbara, él pensaba que en cualquier momento despertaría de su coma, pero lastimosamente Bárbara no reaccionaba.
Santos: Mi vida, tienes que recuperarte por nuestro bebe, por nosotros y todo lo que hemos vivido, te amo y tienes que despertar, por favor yo te necesito, necesito tus besos, tus reproches, tus ojos, tu esencia, te necesito para respirar, eres el motor que impulsa mi vida, eres la fuerza que conduce mi existir, la luz que me ilumina, sin ti nada tiene sentido.
Santos llora, no quiere perderla, ella es todo para él. Santos le da un beso suavemente y luego se va.

5 minutos después el Dr. Carlos sale.
Dr. Carlos: Santos, Bárbara acaba de salir del coma, creo que fue por las palabras tan bellas que le has dicho, ellos escuchan.
Santos: ¿Puedo verla?
Dr. Carlos: Claro, pero no la agites.
Santos sale corriendo hacia la habitación de Bárbara, tiene la mirada débil, parece cansada, Santos se le acerca, él estaba llorando.
Santos: Bárbara, mi vida.
Bárbara: No llores mi amor.
Santos: Lloraba porque te estaba perdiendo a ti y a mi hijo, los amo y no puedo soportar no tenerte a mi lado.
Bárbara: Las palabras tan bellas que me dijiste ahorita fueron lo que me impulso a seguir adelante.
Santos: ¿Me escuchaste?
Bárbara: Si, quería responderte, pero no era capaz.
Bárbara besa a Santos delicadamente, con su mano le acaricia la cara y le sonríe.

Santos: Mi vida por poco y me dejas solo, pero hay una cosa que no entiendo ¿Cómo fue que ocurrió este accidente?
Bárbara: Pues yo estaba allí parada y Marisela vino corriendo y me empujo, luego te grite y no se más.
Santos: ¿Marisela?, como pudo hacerte esto.
Bárbara: No la juzgues, estoy segura que no quiso hacerlo, ella es incapaz, tú la conoces muy bien.
Santos: Tienes razón, pero no hablemos de esto. Te amo y recuérdalo siempre.
Bárbara: Yo también te amo. Santos quiero hablar con Marisela, ¿Podrías encontrarla?
Santos: Esta bien, vuelvo en un rato.

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