Al otro día Bárbara vuelve con su bebe
a Altamira, donde los están esperando Cecilia, Marisela y Antonio.
Cecilia: ¡Bienvenidos!
Bárbara: Gracias por estar aquí.
Cecilia y Antonio se acercan a ver al recién
nacido, les parece una ternura.
Cecilia: ¿Puedo cargarlo?
Bárbara: Si claro.
Bárbara le pasa el bebe a Cecilia,
Marisela se acerca a verlo, la deslumbraron los ojos grisáceos de Laión.
Marisela: Que bellos ojos tiene.
Santos: Es una
mezcla entre los de Bárbara y los míos.
Todos se encontraban muy felices, Bárbara en especial, estaba encantada con el maravilloso regalo que Dios le había mandado, pensaba que era la mujer mas feliz del mundo, ¿Que mas podía pedir?
1 Mes Después...
Bárbara se encontraba en su habitación arrullando a Laión, este se había quedado dormido. Santos entra.
Santos: Bárbara mi vida, ¿Quieres venir conmigo a la poza?
Bárbara: Si claro.
A Bárbara se le hacia muy raro que Santos la invitara a este lugar, pues la que siempre se motivaba era ella. Bárbara dejo a Marisela a cargo del bebe, Marisela estaba encantada así que no hubo problema alguno. Bárbara y Santos se montaron en los caballos con rumbo a la poza, ya allí Santos saca un anillo de su bolsillo.
Santos: Bárbara, ¿Te casarías conmigo?
Bárbara: Claro que si mi Santos.
Bárbara no pudo contener sus lágrimas, Santos la besa y luego le pone el anillo. Bárbara se sentía tan feliz, Santos gozaba de esta felicidad, pues por fin podrían ser felices juntos, sin ninguna venganza o problema que los separara.
Bárbara: Santos soy tan dichosa, te tengo junto a mi y tenemos un bebe hermoso.
Santos: Te amo tanto Bárbara.
Bárbara: Te amo Santos.
Ambos se dirigen a Altamira para contar la gran noticia, todos la toman muy bien y se sienten felices por Bárbara y Santos.
1 semana después Bárbara y Marisela viajan a San Fernando para comprar el vestido de novia y algunas otras cosas para la boda, pensaban celebrar en grande este acontecimiento, Cecilia y Marisela se encargaron de la decoración junto a Bárbara.
Ya en San Fernando Bárbara y Marisela comparten toda la tarde muy felices, nunca habían disfrutado tanto juntas. Mientras tanto Santos cuidaba a Laión, estaba mas inquieto que nunca, así que Santos no sabia que hacer y le pidió a Cecilia que le ayudara, a Cecilia le causaba gracia el que Santos estuviera encartado con Laión, pero sin embargo le ayudo.
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