Se hace de
noche y Cecilia muy apurada logra llegar a Altamira, donde encuentra a Marisela
leyendo un libro a la espera de Santos.
Marisela:
Hola Tía, no te esperaba ¿Qué haces aquí?
Cecilia: Vine
para asegurarme de que Santos te comente algo importante.
Marisela: ¿Y qué
es tan importante que tu hayas tenido que venir?, no es que me moleste que
hayas venido, por el contrario me alegra mucho.
Cecilia:
Gracias mi niña, es algo de gran gravedad, Santos anda dile.
Santos:
Marisela…
Santos no es capaz
de confesarle todo lo que siente por Bárbara, así que no dice ni una sola
palabra.
Marisela:
¿Qué pasa Santos?
Santos no
responde a lo que Marisela le pregunta.
Cecilia: Como
veo que Santos no te va a contar nada lo hare yo.
Marisela:
Santos, Tía me tienen muy asustada ¿Qué pasa?
Santos camina
de un lado al otro por toda la habitación, está muy nervioso, no quiere hacerle
daño a Marisela, pero no puede seguir ocultando lo que siente.
Cecilia:
Marisela, es que aquí el caballero no te ha contado todo lo que hizo en la
capital hace 3 semanas, resulta que Santos Luzardo se encontró con Doña Bárbara,
y no fue un simple encuentro, sino que también se acostó con ella sin importar
lo que tu sintieras.
Marisela tenía
los ojos aguados, estaba a punto de estallar.
Marisela:
Santos, cómo pudiste.
Marisela le
pega una fuerte cachetada a Santos.
Marisela:
Eres un desgraciado, cochino, infeliz, Vete que no quiero verte.
Marisela no
para de llorar, le duele mucho que Santos le haya sido infiel y con su propia
madre, ella se preguntaba si algún día podrá ser feliz. Cecilia se queda a
acompañar a Marisela toda la noche, no quiere dejarla sola en estos momentos.
Santos se
siente culpable porque nunca le quiso hacer daño a su sol, el cree que en estos
momentos es mejor que él se vaya de viaje por un tiempo , para así poder
aclarar sus sentimientos y poder tomar una decisión con respecto a lo que será
de su futuro.
Marisela se
pasa toda la noche llorando, Cecilia no quiere verla más así y se arrepiente de
haberle contado todo eso, pero sabe que fue lo correcto.
Al otro día,
Santos está completamente decidido y empaca sus maletas para viajar hacia la
playa, también cree que está huyendo del problema y que está dejando sola a
Marisela. Santos se dirige a la habitación de Marisela para despedirse de ella
y de su tía.
Santos:
Marisela, Tía, he decidido que lo mejor es que yo me vaya por un tiempo para
poder pensar y aclarar mis sentimientos.
Cecilia:
Santos ¿Te vas a ir tras esa mujer?
Cecilia se
enoja con lo que les dice Santos, Marisela lo mira con mucha rabia y no pronuncia
ninguna palabra.
Santos: No iré
a la capital, me voy a otro lugar donde pueda reflexionar un poco, Adiós.
Santos se
acerca para darle un beso en la frente a Marisela, pero Marisela lo empuja y le
da una cachetada.
Marisela: Que
pretendías hacer desgraciado, infeliz, además de que te vas a ir y me vas a
dejar acá tirada con el problema ¡te atreves a darme un beso!
Santos se
sorprende por la reacción de Marisela y no le responde nada.
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