Bárbara y
Santos regresan al Progreso. Cuando llegan al pueblo Bárbara se siente feliz de
volver a pisar la tierra que más ha amado.
Bárbara:
Nunca pensé volver sabes.
Santos: Pero
aquí estas.
Bárbara: ¿Me
acompañas a mandarle un telegrama a Luisana antes de ir para Altamira?
Santos: Si,
vamos.
Cuando Bárbara
y Santos pasan por el pueblo abrazados, todos los miran asombrados, primero de
ver de nuevo a la doña por allí y segundo de verlos juntos. Después de enviar
el telegrama, al cruzar por la iglesia se encuentran con Antonio.
Santos: Hola
Antonio.
Antonio:
Buenas Doña, Hola Santos.
Bárbara: Hola
Antonio.
Santos: ¿Cómo
está todo por aquí?
Antonio: Pues
no muy bien, Marisela ya no es la misma.
Santos: ¿Cómo
es eso?
Bárbara:
Santos conversa con tu amigo mientras voy a comprar algo en aquella tienda.
Santos: Como
quieras.
Bárbara le da
un beso a Santos, lo cual hace sorprender a Antonio.
Antonio:
Hermano, ¿Volviste con Bárbara?
Santos: Si,
me di cuenta que la amo, pero no hablemos de esto luego te cuento, ¿Qué paso
con Marisela?
Antonio:
Desde que tú te fuiste no sale de Altamira y casi no habla, con la que si habla
mucho es con Cecilia.
Bárbara
regresa.
Bárbara: ¿Ya
terminaron de hablar?
Antonio: Si
doña, que tengan un buen día, Adiós.
Santos y Bárbara:
Adiós.
Bárbara: Mi
amor ¿Nos vamos?
Santos: Si
claro.
Bárbara
y Santos se van rumbo a Altamira, por el camino cruzan por la poza de los
suspiros y ambos recuerdan todos los momentos que vivieron juntos. Al llegar a
Altamira Cecilia se asombra al ver a Bárbara llegar con Santos, era obvio que
no le agradaba su presencia.
Santos:
Hola Tía.
Cecilia:
Hola Santos, Buenos días Bárbara.
Bárbara:
Buenas Cecilia.
Santos
y Bárbara entran a la casa.
Santos:
Bárbara mi amor, acomódate, iré a ver a Marisela.
Bárbara:
Esta bien.
Santos
le da un beso y sube hacia la habitación de Marisela. Cecilia y Bárbara se
quedan solas, Bárbara se siente un poco incomoda por la mirada de Cecilia.
Cecilia:
¿Quiere algo de tomar?
Bárbara:
No muchas gracias, Cecilia quisiera pedirle perdón si alguna vez la ofendí o la
hice sentir muy mal ¿Podría perdonarme?
Cecilia:
En verdad usted si me ha hecho mucho daño, pero la gente puede cambiar y todos
se merecen otra oportunidad.
Bárbara:
Muchas gracias Cecilia, pues estoy arrepentida de todo el daño que hice y decidí
empezar una nueva vida.
Cecilia:
Me alegra mucho por usted, perdonara que no la tutee pues aun no le tengo mucha
confianza, pero con el tiempo ya vera como todo cambia.
Bárbara:
Es muy cierto.
Cuando
Santos entra a la habitación de Marisela, la ve sentada escribiendo una carta,
Marisela aún se encuentra muy furiosa con Santos.
Santos:
Hola, ¿Sigues enojada?
Marisela:
¿Pretendes que me alegre de todo esto?
Santos:
Ya veo que estas de un genio.
Marisela:
¿Qué quieres?
Santos:
Alguien vino a visitarte y quiere pedirte algo.
Marisela:
así, ¿Quién?
Santos:
Baja, ya verás.
Marisela:
Ya voy.
Marisela
se levanta con la intención de bajar, pero Santos la toma por el brazo.
Santos:
Marisela, quiero pedirte perdón, ya sé que te hice mucho daño y me arrepiento,
es verdad que amo a tu madre y no lo pienso ocultar más.
Marisela:
Santos te perdono, sé que siempre la has amado, ya llegara el momento en que yo
pueda ser feliz.
Santos:
Gracias, yo sabía que eras buena mi niña.
Marisela
le da un abrazo y ambos se dirigen a la sala. Al llegar Marisela se asombra
enormemente al ver a Bárbara, también le molesta su presencia pues está
decidida a reconquistar a su Santos.
Bárbara
se encontraba despaldas, así que no se percató de la presencia de Marisela.
Marisela:
Bárbara, ¡Que sorpresa!
Bárbara
se voltea, no esperaba que Marisela bajara a saludarla.
Bárbara:
Marisela, cuanto tiempo.
Marisela:
Demasiado.
Bárbara:
Marisela, quisiera conversar de algo muy importante contigo.
Marisela:
Si, tenemos mucho de qué hablar.
Bárbara
y Marisela se dirigen al jardín para así poder conversar con plácidamente.
Bárbara:
Marisela, quiero comprarte La Barquereña.
Marisela:
Siento mucho decepcionarla, pero no le puedo vender la Barquereña.
Bárbara:
¿Por qué?
Marisela:
Porque yo me mudare a vivir allí.
Bárbara:
¿¡Cómo!? pero si a ti nunca te ha gustado ese lugar.
Marisela:
Pues ahora que Santos y usted están juntos tengo que independizarme, así que
decidí marcharme para mi hacienda.
Bárbara:
Que bien.
La
intención de Marisela era incomodar a Bárbara.
Marisela:
Sabe una cosa doña, usted no se va a quedar con mi Santos, el solo la está
utilizando, él nunca la ha amado, mejor váyase de aquí que nadie la quiere,
¡usted no entiende que estorba!, usted es una diabla sin entrañas y la odio.
En
ese instante llego Santos, el creía que todo estaba bien, pero Bárbara se
sentía muy humillada, así que sin más palabra se subió en uno de los caballos y
se dirigió a la poza de los suspiro como alma que lleva el diablo.
Santos:
Marisela ¿Qué paso?, ¿Por qué Bárbara salió así?
Marisela:
No sé, ni me interesa.
Santos
se sube a otro de los caballos y rápidamente trata de alcanzar a Bárbara.
Bárbara
llega a la poza, se siente tan triste, está muy sensible, se pone a llorar
inconsolablemente. Al rato llega Santos, el no alcanza a notar que Bárbara esta
llorando.
Santos:
Bárbara mi amor, ¿Te pasa algo?
Bárbara:
No, no me pasa nada.
Con
el solo hecho de que Bárbara hubiera hablado, Santos descubrió que ella estaba
llorando, así que de inmediato se para al frente de ella y trata de ver que le
pasa. Bárbara no deja que el vea su cara, no quiere que la vea llorar.
Santos:
Bárbara mi vida, ¿Qué paso? ¿Por qué lloras?
Bárbara:
No ha pasado nada.
Santos
le quita las manos de su cara y la acaricia.
Santos:
¿Qué te hicieron mi amor?, ¿Fue Marisela verdad?, Mi vida no llores yo te amo.
Santos
la besa con mucha ternura y trata de calmarla.
Bárbara:
yo también te amo, júrame que nunca me vas a dejar sola.
Santos:
Te lo juro mi vida, si yo no puedo vivir si tu no estas junto a mí.
Bárbara
se calma y lo besa de nuevo, su amor hacia él es lo más puro y bello.
Bárbara:
Santos creo que tendremos que quedarnos en Altamira, pues según Marisela ella
se ira a vivir a la Barquereña.
Santos:
Me encanta que vivamos en Altamira, pero ¿Por qué Marisela se iría a vivir
allí?
Bárbara:
Dice que quiere independizarse.
Santos:
Mmm..., Bueno mi amor vamos a la hacienda.
Al
otro día Santos le solicita el divorcio a Marisela, ella se niega, pero al
final le toco firmar, este proceso se demoraba por lo menos 1 mes.
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