Al otro día
Santos regresa a Altamira, pero se siente intranquilo y decepcionado de no
poder estar junto a su amada.
Al llegar,
Marisela está en la puerta esperándolo muy alegremente.
Marisela:
Hola mi amor, ¿Cómo te fue?
Santos: Hola,
bien.
Marisela lo
besa románticamente, pero santos no le responde el beso, solo piensa en todo lo
ocurrido con Bárbara el día anterior.
Marisela:
Pero no lo dices muy animado, ¿Te ha ocurrido algo allí?
Santos: No,
nada nuevo.
Marisela: ¿Y qué
hiciste?
Santos: Pues...
compre las maquinas que nos hacían falta en la asociación, cene con Maurice y
me regrese hoy muy temprano.
Marisela: ¿Y cómo
esta Maurice?
Santos: Muy
bien, su casa de modas va prosperando.
Santos y
Marisela se fueron a cenar y todo permaneció muy tranquilo.
3 Semanas Después…
Santos:
Marisela iré un rato a la casa de la tía Cecilia, vuelvo en la noche.
Marisela:
¿Puedo acompañarte?
Santos: No,
es mejor que te quedes en la hacienda, necesito hablar a solas con Cecilia.
Marisela se
queda callada, pero con mucha intriga.
Santos se
dirige al pueblo hacia la casa de su tía. Cuando Santos llega a la casa, por
suerte Cecilia estaba sola.
Santos: Hola Tía.
Cecilia: Hola
mi niño.
Santos: Tía,
necesito decirte algo ¿Puedo pasar?
Cecilia:
Claro mi niño, pero ¿Qué es eso que tienes que contarme?
Santos: Tía...,
hace 3 semanas me encontré con Bárbara en la capital y estaba muy bella.
Cecilia: Por
Dios Santos ¡Estás Loco!, por favor dime que no cometiste ningún error con
respecto a esa mujer.
Santos: Tía
siento desilusionarte, pero sí, me acosté con Bárbara y me gusto, Tía creo que
nunca deje de amar a Bárbara.
Cecilia:
¡Santos! te estás dando cuenta de la gravedad de lo que me estas contando, te
has acostado con esa mujer, ¡le has sido infiel a Marisela!
Santos: No me
pude resistir, ¿Que querías que hiciera?
Cecilia:
Debiste haberte aguantado y comentarle a Marisela lo que está ocurriendo, y
espero que ahora mismo le cuentes a Marisela lo que hiciste.
Santos: No puedo
hacer eso, la destrozaría y no podría soportarlo.
Cecilia: Eso
debiste pensar antes de hacer lo que hiciste, ¿No?, pero ahora mismo nos vamos
para Altamira y ¡se lo dices tú o se lo digo yo!
Santos: Tía
no puedes hacer eso.
Cecilia muy
enojada sale rápidamente de su casa con rumbo Altamira, Santos sale corriendo
tras ella para impedir que le diga a Marisela lo que ocurrió.
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